Sentenciado

 "Fuiste sentenciado por el Rey Peste a vivir bajo el hedor y la putrefacción de cientos de cadáveres que yacen a tus pies. No verás más la luz del amanecer y ahora, serás prisionero de la oscuridad que atormentará tu alma para siempre. Caminarás arrastrando tus pies en un mar de locura, decepción, crueldad y miedo. Tus ojos arderán, y las lágrimas que caerán de tu rostro, se fundirán con la sangre podrida que desprenden los muertos.”


  Fue lo último que el pobre explorador leyó sobre la pared de piedra, mientras aguantaba las ganas de vomitar sujetándose la boca con el brazo.


  Instantes después, contemplaba como lentamente se cerraba a sus espaldas, la puerta de la cámara subterránea en la cual se encontraba.




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